miércoles, 27 de mayo de 2015

Tribulaciones de una cubana en tierras araucanas...de magia y espíritus

Episodio VIII: En la montaña mágica

En Caracas hay una estatua muy llamativa que representa a una mujer desnuda montada en un tapir (una danta, para los venezolanos), sosteniendo en sus manos un hueso de pelvis. Varias veces, al pasar cerca de ella, el chofer que nos llevaba se persignaba. Debo reconocer que no indagué mucho y la situación no pasó de un simple hecho curioso.
Sin embargo, hace unos días, pasé por un lugar en el Estado de Yaracuy que casualmente tiene la misma estatua. Admito que ahí sí mi espíritu aventurero se despertó y comencé a investigar. Ya me habían contado que ese Estado era sumamente religioso y lo comprobé al ver la cantidad de estatuas de santos del patronal católico de tamaño descomunal a cada lado de la carretera.
Resulta que la señora en exótica montura representa a María Lionza, una suerte de deidad favorable a la maternidad, la fertilidad, la naturaleza y los elementos. Cuenta la historia que una tribu local recibió una premonición que una niña de ojos verdes iba a nacer. Bajo esta profecía, y justo antes de la conquista española, una niña con esas características nació. Estaba destinada a ser sacrificada a la gran Anaconda, por el aviso recibido. 
La niña logró escapar al sacrificio y huyó a la montaña, donde se convirtió en la diosa de la naturaleza. Otras historias cuentan que se trataba de una adolescente española llamada María que murió ahogada en un lago y su alma fue rescatada por una onza (puma venezolano). La onza absorbió el espíritu de María y se volvieron una. A partir de ese momento se convirtió en María la Onza y con el tiempo en María Lionza.
Según me contaron, ambas historias se mezclaron y el culto a María Lionza se extendió por todo el país. Se le denomina la Reina, la Diosa, y se le rinde culto los 12 de octubre, coincidiendo con la celebración del Día de la Raza y, según algunos adeptos, el onomástico de la Diosa. Se la ha vinculado con héroes de la resistencia indígena como Guaicaipuro, y de las luchas independentistas como NegroPrimero. Los tres conforman la Santísima Trinidad Venezolana. Tan fuerte es su culto que hasta Rubén Blades le dedicó una canción.
El lugar fundamental que se utiliza para pedirle a María Lionza y sus cortes es la Montaña Sorte (casualmente la montaña de la leyenda), ubicada en el Monumento Natural Cerro de María Lionza. Fue al pasar precisamente por ese lugar donde supe de la Reina, y aunque me considero atea, dialécticamente debo reconocer que esa zona tiene una energía misteriosa que te atrapa y no puedes evitar sentirte sobrecogido ante la majestuosidad de la montaña, la imponente naturaleza y el clima que te pone la piel de gallina por la niebla.

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